Cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%
La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), con sede en Francia, y dependiente de la OMS, no ha dejado indiferente a nadie en su reciente comunicado de prensa, que evalúa el consumo de carne roja y procesada y su relación con el riesgo de cáncer (ver en este enlace). ¿Cómo interpretamos este informe?
Hay que tener en cuenta que la IARC no evalúa el nivel de riesgo, sino solo la evidencia de que ese riesgo exista
En primer lugar, uno de los apartados más controvertidos del informe de la IARC es que la carne procesada se engloba dentro del grupo 1, el mismo al que pertenece el tabaco, por ejemplo. Pero hay que tener en cuenta que la IARC no evalúa el nivel de riesgo, sino solo la evidencia de que ese riesgo exista. Las carnes rojas pertenecen a otro grupo, el 2A.
Estos son los dos grupos de mayor relevancia:
Grupo 1: Cancerígeno para humanos.
Grupo 2A: Probablemente cancerígeno para humanos.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que el consumo de la carne varía mucho entre los países, desde un pequeño porcentaje hasta un 100% de las personas que comen carne roja, dependiendo del país, y proporciones algo más bajas en el consumo de carnes procesadas.
Según la primera encuesta nacional de ingesta dietética española (ENIDE) realizada en 2011 por el ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente, el consumo medio de carne roja en España es de 69,38 gramos al día. Los preparados de carne, embutidos y fiambres suman 44,82 gramos diarios.
Según la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), cada porción de 50 gramos de carne transformada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%. Y cada porción diaria de 100 gramos de carne roja aumentaría el riesgo en un 17%.
¿Qué cantidad de carne procesada y carne roja debo comer a la semana?
La doctora María Ballesteros, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, recomienda el consumo ocasional de carne roja y procesada, y volver a la dieta mediterránea tradicional, donde predomina la fruta y el pescado. Comenta que las carnes rojas deberían consumirse “como mucho” dos veces a la semana, mientras que las procesadas no deberían de exceder de un día a la semana.
Varía según el caso de las carnes procesadas o las rojas. En el caso de las carnes rojas, no deben menospreciarse sus beneficios nutricionales, rica en proteínas, hierro (de mejor absorción que el de productos vegetales), zinc y vitaminas del grupo B.
Para concluir, me gustaría destacar que la recomendación de disminuir el consumo de carnes procesadas y rojas no es nuevo respecto a su papel en los distintos tipo de cáncer. Tanto la World Cancer Research Found como el American Institute for Cancer Research (dos de las instituciones científicas más reconocidas sobre el cáncer) tienen publicado un documento desde 2007 al respecto, que van actualizando periódicamente. En él se puede ver que el consumo de ambos tipos de carne tiene un efecto sobre el incremento del riesgo de cáncer bastante probable. Podéis consultar un resumen en español de estos reportajes en este enlace (ver páginas 8 y 9).
Ya justo este verano se publicaba en EfeSalud.com una actualización de la pirámide alimentaria, donde se rebajaba la frecuencia de carne roja un escalón más abajo, hasta “ocasional”.