Un cuerpo sometido a estrés, inflamación y hormonas desajustadas, lo más lógico es que tienda a acumular grasa
Es un estado, más que una patología. Se caracteriza por una entrada de macrófagos en tejido periférico, es decir, una inflamación “sistémica”, no local ni aguda.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Existen 4 factores de riesgo principales que favorecen la aparición de la inflamación generalizada:
Alimentación
Dietas ricas en azúcares, procesados y grasas trans inducen inflamación, especialente en personas con diabetes o sobrepeso. En esas personas ya hay una inflamación del tejido que facilmente induce otros problemas metabólicos.
Tabaco
Está asociado con menos producción de moléculas antiinflamatorias y más inflamatorias en el cuerpo.
Desregulación hormonal
La testosterona y el estrógeno en sus niveles adecuados suprimen los marcadores inflamatorios, pero niveles elevados de los mismos podrían inducir efectos contrarios.
Estrés y sueño alterado
El estrés físico y emocional está asociado con ciertas citoquinas inflamatorias. Los desórdenes del sueño provocado por estrés o personas que duermen pocas horas tienen un alto riesgo de padecer inflamación crónica.
¿Cuáles son sus síntomas?
Son generales e inespecíficos pero si los tienes, seguramente tu cuerpo está inflamado:
Dolor
Constante fatiga e insomnio
Depresión, ansiedad y deórdenes del ánimo
Problemas digestivos, estreñimiento o diarrea, reflujo
Ganancia de peso
Infecciones frecuentes
Como la inflamación induce enfermedad, hay que ir sanando desde el origen cada desequilibrio. Si se tiene sobrepeso, resistencia a la insulina, colesterol, digestiones difíciles de forma crónica lo más seguro es que se esté inflamado. En sangre una forma de medirlo es la PCR pero es difícil que salga alterada, por lo que principalmente nos guiaremos por síntomas y desequilibrios asociados.
¿Qué estrategias son efectivas a la hora de bajar la inflamación?
1.Altas dosis de grasas poliinsaturadas se ha visto que podrían ser efectivas en reducir la inflamación y la resistencia a la insulina. Fuentes: pescado azul pequeño, semillas de lino, nueces. En cambio, el exceso de aceites refinados omega 6 sería un factor inflamatorio junto al consumo de ácidos grasos trans.
2.El aporte de fibra de 30gr/día ha reportado relación inversa con la PCR, es importante una dieta llena de verduras, frutas y vereales integrales (los últimos si se toleran y moderando cantidades).
3.Aporte de polifenoles: La ingesta de arándanos y frambuesas ha sido asociado a una modulación de las citoquinas inflamatorias.
4.Cuidado del intestino: Hay una relación directa con la inflamación intestinal y la sistémica, la presencia de ciertas substancias LPS podrían ser indicadores de inflamación. El aporte de fibra prebiótica como el almidón resistente es beneficioso para mejorar el ecosistema intestinal.
5.Ejercicio regular ofrece protección y tratamento a las diferentes patologías asociadas a la IBG.
6.El estrés puede ser responsable de alteraciones metabólicas, del estado del ánimo y un precursor de enfermedades mediadas por inflamación, es clave mantenerlo a raya.
La inflamación de bajo grado impide la pérdida de grasa
Un organismo inflamado difícilmente va a perder grasa. Si tu cuerpo está continuamente sometido a estrés, con inflamación en el intestino, con las hormonas desajustadas y el cortisol por las nubes, lo más lógico es que tu cuerpo tienda a la resistencia a la insulina, acumular grasa por lo que pueda pasar (siempre rige el principio de supervivencia de nuestros genes) pero es que a la vez el sobrepeso y los problemas metabólicos alimentan esa inflamación de bajo grado.
¿Cuáles son las claves para evitarlos?
1.Gestión del estrés
2.Reducción de contaminantes
3.Procesados y azúcares fuera
4.Bien de frutas y verduras
5.Moverse, ejercicios de fuerza
6.Acudir a un profesional si hay síntomas importantes
By Anna Esteve, Enfermera y Dietista