¿Quién dijo que ser sostenible es complicado o aburrido? La verdad es que cuidar del planeta no significa renunciar al disfrute, ni hacer grandes sacrificios. A veces, solo se trata de hacer pequeños ajustes en nuestros planes de ocio. Hoy te compartimos algunas ideas de ecoplanes: planes simples, conscientes y muy disfrutables, para hacer solo, en pareja, con amigos o en familia. Lo mejor: no necesitas ser activista, ni experto en medio ambiente. Solo tener ganas de pasarlo bien… y sumar un granito de arena.
10 Ecoplanes sin drama: pequeños gestos, grandes momentos
Lo mejor de hacer un ecoplán para la “gente normal” (es decir, personas que no necesariamente se consideran activistas o expertas en sostenibilidad) es que te permite disfrutar mientras haces algo bueno, sin presión ni culpa.
Los ecoplanes suelen invitarte a salir, respirar aire puro, moverte, mirar tu entorno… Son pausas activas y conscientes en medio del ritmo acelerado. No necesitas cambiar radicalmente tu vida. Solo estás eligiendo una opción más responsable dentro de algo que igual ibas a hacer: salir, comer, moverte o disfrutar con otros.
¡Sigue leyendo para descubrir 10 ecoplanes súper fáciles!
1.Picnic sin residuos
El clásico picnic de siempre, pero con un pequeño giro: llevar todo en recipientes reutilizables, servilletas de tela, y evitar envases descartables. Además de generar menos basura, ¡queda todo más bonito y casero! Seguro que tienes en casa tuppers, botella reutilizables, neverita o bolsa térmica o quizá tus padres todavía conserven los de vuestras excursiones de la infancia, las típicas de domingueo o excursiones al campo.
2. Paseo en bici por la ciudad o la naturaleza
Una forma perfecta de moverse sin contaminar y disfrutar del entorno. Puede ser una ruta verde, un parque o simplemente redescubrir tu ciudad desde otro ritmo. ¿Lo mejor? No vas encapsulado, ni gastas gasolina, ni hay prisas. Muchas ciudades en España ya ofrecen servicios de renting de bicibletas, anímate a probarlo un día.
3. Café o charla en un lugar con propósito
Cada vez hay más cafeterías y espacios que apuestan por lo local, lo orgánico o lo justo. Elegir este tipo de lugares es una forma sencilla de apoyar un consumo más consciente… sin dejar de disfrutar un buen café o una buena charla. Por ejemplo, un desayuno en Honest Greens o cualquiera de las cafeterías locales que tengas localizadas en tu ciudad que sabes que son “de toda la vida”.
4. Visita a un vivero o huerto urbano
Los espacios verdes inspiran. Un paseo por un vivero, una feria de plantas o incluso un huerto comunitario puede abrirte nuevas ideas. ¿Quién sabe? Tal vez salgas con ganas de poner una maceta en casa o de plantar tu primer tomate. Estos espacios relajan y en muchas ocasiones aprendes algo nuevo sobre plantas. Por ejemplo, ¡Sabrías distinguir los planteles de una tomatera de los de un calabacín? Pues esta temporada no te quedes con la duda, en la mayoría de viveros los podrás encontrar.
5. Cine en casa con documental inspirador (y snacks caseros)
Móntate una noche de peli diferente: elige un documental bonito o inspirador sobre naturaleza, viajes sostenibles o personas que viven de forma simple. Acompáñalo con palomitas caseras, velitas y bebidas en frascos reutilizados. Descansarás a la vez que aprendes algo nuevo o ves algo que hace un nuevo click en tu mente.
Recomendaciones:
- Our Planet (Netflix)
- Kiss the Ground
- The Minimalists
- My Octopus Teacher
6. Tarde de lectura eco en un parque
Lleva ese libro pendiente, una manta y algo para tomar. Desconectarse del móvil y pasar tiempo al aire libre con una lectura que te inspire (no necesariamente ecológica) ya es una forma de reconectar con lo simple y esencial. Si ahora mismo no tienes ninguno en mente, te recomendamos por ejemplo el libro “El poder del ahora” (Eckhart Tolle) o libros para entender el cambio climático, consulta la lista aquí.
7. Meditación o yoga al aire libre
Si nunca lo hiciste, ¡pruébalo! No necesitas ser experto. Solo busca un espacio tranquilo, respira profundo y observa el entorno. Puedes usar una app de meditación guiada o una rutina de estiramientos. Te conecta con el momento presente y con la tierra, literalmente. Hay muchas meditaciones guiadas en Youtube, cortas, largas, para iniciarte o para nivel avanzado, sólo pruébalo. Quién sabe, quizá te enganche y empieces a descubrir todos los beneficios de la meditación. Anímate a probarlo.
8. Ruta de mercados locales
En vez de ir al súper, proponte hacer una salida a mercados de productores, ferias o tiendas a granel. Es un paseo diferente, más humano y cercano. Además, te permite comprar cosas más frescas y reducir envases innecesarios. Verás que hay mucha más conexión con los demás y el acto de comprar se vuelve un poco menos individualista.
9. Tarde creativa de “reciclaje bonito”
Organiza un mini taller casero para transformar cosas que tengas en casa: frascos que se convierten en floreros, camisetas viejas que ahora son bolsitas, etc. Ideal para hacer con niños o amigos creativos. Pinterest es tu mejor aliado.
10. Deja que Wallapop elija tu plan
La próxima vez que necesites comprar algo, plantéate buscarlo primero en Wallapop, sobretodo si se trata de elementos auxiliares del hogar. Si lo encuentras, realiza la recogida en persona y déjate sorprender por el destino donde debas recogerlo. Quizá te lleve a algún lugar que todavía no conoces y es una buena oportunidad. Dos por uno.
Al final, se trata de elegir con intención
No se trata de hacer todo perfecto, sino de empezar por algo. Cambiar el “todo o nada” por el “mejor que ayer”. Un ecoplán no tiene que ser raro, ni incómodo. Solo tiene que sumar, no restar. ¿Te animas a probar uno este próximo finde? Cuéntanos cuál te gustaría hacer primero o si ya tienes tus propios ecoplanes. ¡Nos leemos en los comentarios!