Champús sin sulfatos, ni siliconas, ni parabenos

En este artículo vamos a ir paso a paso para no caer en greenwashing ni borreguismos. La primera pregunta es ¿Por qué un champú sin sulfatos, siliconas ni parabenos? Vamos a desgranarlo punto por punto para entenderlo mejor:

Sin sulfatos

Los sulfatos son los responsables de que nuestro champú produzca espuma, los podemos encontrar con varios nombres, pero los más habituales son “Sodium Lauril Sulfate” y “Sodium Laureth Sulfate” y está presente en la mayoría de productos de higiene convencional. Lo malo es que los sulfatos son de los ingredientes más eficaces pero también de los más agresivos, causando sequedad e irritación del cuero cabelludo, picor de ojos y por ejemplo que el tinte desaparezca rápidamente también.

En los champús convencionales lee siempre su composición en la etiqueta y si ves ingredientes como Lauril Sulfato de Sodio (LSS) y Lauril Sulfato de Amonio (LSA), tienes que saber que también están presentes en jabones lavaplatos.

El cabello no puede limpiarse sólo con agua por pura ciencia: el cabello sano es hidrofóbico, por lo que se adhieren las grasas (la grasa de las glándulas sebáceas, la contaminación medioambiental y en general cualquier partícula que se adhiera a las fibras) pero repele el agua, y hacen falta tensioactivos para eliminar el sebo del pelo.

¿Hay alternativas a los sulfatos?

Otros agentes detergentes que hacen menos espuma (que erróneamente asociamos con limpieza) pero son igualmente efectivos y no son tan agresivos:

Sodium Cocoyl Hydrolyzed Amaranth Protein es un limpiador derivado de plantas.
Decyl Glucoside es un limpiador derivado del azúcar.

Sin siliconas

Este es el ingrediente traicionero, y te explicamos por qué. Al principio de usarlo creerás que tu melena queda renovada, brillante y sin encrespamiento. Pero es sólo un espejismo. Las siliconas dificultan la oxigenación del cabello porque van acumulándose en su fibra. A largo plazo, pueden dañar la cutícula y resecarla, ya que la humedad, el sol o el oxígeno no pueden entrar en ella de manera normal, causando pérdida de brillo e hidratación que costará reparar.

En la etiqueta los identificarás como dimethicone, polymethylsiloxane, dimethyl silicone o polysiloxane.

Si te decides a utilizar champús sin sulfatos, tendrás que evitar las siliconas también, ya que son muy difíciles de retirar del cabello con champús más suaves (no significa que los champús sin sulfatos limpien menos sinó que estan elaborados con limpiadores más respetuosos con el cabello y cuero cabelludo, lo que a la vez resulta más caro pero recomendable).

Sin parabenos

Son los conservantes que se usan para que los productos conserven su función, evitando la proliferación de bacterias en los champús y demás cosméticos. En el caso de los champús, los parabenos podrían provocar ciertas reacciones como picor en el cuero cabelludo, sequedad o pelo más débil. Por otro lado, se han asociado con el cáncer de mama por algún estudio, y a pesar de que los parabenos por ahora están admitidos por las autoridades sanitarias, cada vez hay más marcas que los evitan en sus formulaciones. Suele llevar un sufijo acabado en -paraben en el listado de ingredientes.

Si tienes el pelo teñido o te has hecho la queratina o algún tratamiento de alisado, es más recomendable que uses un champú sin sulfatos, ni siliconas ni parabenos para protegerlo.

Además, deberías evitar las fórmulas que contienen alcohol, ftalatos, aceites minerales, parabenes, parafinas y petroquímicos. Son los clásicos de la cosmética industrial, y de los componentes más tóxicos que podemos encontrar en el mercado.