Estamos muy cerca de fin de año y, con ello, nos vienen a la cabeza mil reflexiones sobre nuestro recorrido durante él, si nos ha acercado más a nuestros objetivos o no. Pues bien, a veces solamente debemos transitarlo con serenidad y dejarnos ser.
Este post va de mindfulness, autoconocimiento y de salud mental, de que a veces es recomendable recordar que no somos máquinas. Si siempre vas siguiendo tu agenda, corriendo detrás de tus objetivos, este post es para ti. ¡Sigue leyendo!
Máquinas funcionando
Cuando leí el libro titulado Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva de Stephen Covey, recuerdo que el último hábito, el número 7, fue mi favorito. El séptimo hábito es: afilar la sierra, es decir, no serrar constantemente sino dedicar un tiempo para poner la sierra a punto. De esta forma, conseguiremos que corte más y mejor.
Nosotros somos la sierra. Stephen Covey nos habla de que necesitamos trabajar nuestra dimensión física, espiritual, mental y emocional para poder ser efectivos, para poder producir más y mejor.
Esta idea me pareció brutal, hasta que me paré a pensar y dije: espérate ¿de verdad yo soy la sierra? ¿yo soy una máquina de producir?
La idea que subyace bajo el lema “afilar la sierra” es: tienes que cuidarte más para producir más. Tu bienestar está al servicio de la producción. Básicamente, estamos reduciendo nuestra condición humana a una mera herramienta de trabajo, una máquina de producción.
Lo vemos en nuestro día a día. Meditamos para reducir nuestra ansiedad y reducimos nuestra ansiedad para poder estar más concentrados, sacar más trabajo adelante y a fin de cuentas, producir más. Buscamos cuidar nuestro cuerpo para estar en el estado óptimo para poder hacer más, crear más, a fin de cuentas, producir más.
Hemos llegado incluso a ligar inconscientemente nuestra felicidad con producir más. No nos permitimos estar tristes, sufrir o estar de bajón porque son días improductivos en los que nos torturamos con frases como: “estoy perdiendo el tiempo”, “tendría que estar haciendo X y estoy aquí tirada/tirado” o “qué vergüenza”.
Dejarnos ser, más allá del hacer
En esta sociedad de la hiperproducción, ya no nos permitimos el dolor y a veces ni siquiera la enfermedad. El otro día me decía una amiga: “a ver si me quitan la baja de una vez y puedo volver a hacer cosas” (básicamente quería producir más) ¿Realmente necesitamos producir más? ¿Realmente somos máquinas de hacer y todas nuestras acciones deberían girar en torno a ello?
Claro que tenemos que descansar, claro que tenemos que cuidarnos, pero no para ser más productivo sino para ser más humanos. El descanso no es una técnica mágica de la productividad es una condición de nuestra existencia. Tenemos que dejar de vernos como máquinas y empezar a vernos como personas.
Dejarnos ser, más allá del hacer.
Y a ti, ¿También te pasa? ¿Tienes esa sensación de ir corriendo a todos lados? Deja tu comentario más abajo. Si te ha gustado este post, te animo a seguir descubriéndonos con este artículo sobre bienestar, autoconocimiento y crecimiento personal “¿Por qué hacemos las cosas que hacemos?“, invita a la autoreflexión. ¡Gracias por tu visita!