Desde el corazón del Mediterráneo nace El Poaig, una marca de aceite de oliva virgen extra ecológico Made in Spain que celebra la belleza del origen, la tierra y el tiempo. Su aceite de oliva virgen extra procede de olivos milenarios, testigos silenciosos de la historia, y su filosofía combina diseño, arte y sostenibilidad en cada detalle.
Hoy conversamos con el equipo de El Poaig para conocer la esencia de este proyecto que transforma algo tan cotidiano como el aceite de oliva en una auténtica obra de arte.

Entrevistamos a El Poaig: Tradición, arte y sabor mediterráneo
En ESSENCIALIS nos encanta descubrir proyectos que transforman lo cotidiano en algo extraordinario, y El Poaig es uno de esos tesoros que merecen ser compartidos. Su forma de entender el aceite de oliva —como legado, como arte y como símbolo de un territorio milenario— nos inspira profundamente. Detrás de cada una de sus botellas hay historia, belleza y un respeto absoluto por la naturaleza y sus ritmos.
Hoy tenemos el privilegio de conversar con quienes están preservando y elevando la esencia del Maestrat a través de un aceite único en el mundo, obtenido de olivos que han visto pasar siglos. Con esta entrevista nos acercamos al corazón de la marca, a su filosofía y a la sensibilidad que guía su trabajo. Un viaje sensorial y humano que queremos compartir con todos vosotros.
1.¿Quién está detrás de El Poaig?
Joaquim y Manuel. Amigos desde la infancia. Uno actor y director, el otro maestro molinero. El Poaig para nosotros es más que un aceite. Es lo que nos mantiene unidos día a día a pesar de la distancia.

2. El Poaig nace en una tierra llena de historia y olivos milenarios.
Redescubrir nuestro propio paisaje y nuestras tradiciones. Y no solo admirar los monumentos de la naturaleza, sino también a la gente que ha hecho posible que llegaran hasta nuestros días.

3. Vuestro aceite es reconocido por su calidad excepcional
¿Cómo es el proceso desde el campo hasta la botella?
El Mínimo posible. Cuidar de los árboles. Cosechar en el punto óptimo. Trabajar a bajas temperaturas durante todo el proceso y dejar descansar el aceite en atmósfera protectora para que cuando se embotelle el cliente lo reciba con todas las propiedades organolépticas intactas.
¿Qué cuidados y decisiones hacen que El Poaig sea tan especial?
La principal decisión que ha tomado El Poaig en sus 17 años de vida es precisamente crear EL POAIG para poner en valor unos árboles, su aceite y una tierra muchas veces olvidada. Lo hace especial, aparte de su calidad, los valores y filosofía. No forzar a la naturaleza, hacer proselitismo de unos árboles que nos han sido legados y que continuaran vivos cuando nosotros desaparezcamos. El cuidado por dentro y por fuera, la belleza de cada acto.
4. La estética de la marca es inconfundible
Habéis logrado unir arte contemporáneo, diseño y tradición.
¿Cómo surgió esa idea de presentar el aceite como una pieza de arte?
Lo primero fue diseñar una “botella” u OLIERA como nosotros la llamamos, que fuera técnicamente impecable para conservar el aceite. La porcelana nos permite la opacidad total y que el gradiente de alteración de temperatura sea el mínimo entre los materiales conocidos. Aparte nos ofrece un objeto bello que responde a la necesidad de poner en valor aquello que contiene. Tras más de un año de investigación y colaboración con el estudio Culdesac logramos “la piedra de donde surge el aceite”.

5. En un mundo de consumo rápido, vosotros apostáis por la sostenibilidad y la autenticidad.
¿Cómo trabajáis para que cada etapa —del cultivo al envasado— respete el entorno y a las personas que lo hacen posible?
Lo principal es preguntarle al árbol, aunque suene raro, qué nos ofrece este año o esta temporada. Aunque sea muy poco nosotros lo cosechamos si tiene la calidad excepcional que buscamos. Si no es así lo dejamos descansar, igual lo podamos y lo mantenemos. Cuando quiera ya nos dará. Se ha convertido casi en una filosofía de vida. No por postureo, sino porque egoístamente sabemos que de esa manera vamos a conseguir el mejor aceite de oliva. Hablamos mucho con algunos propietarios de árboles, pero no solo de aceite, sino de la vida. Hay gente que tiene solo un árbol, el que más tiene, tiene solo 72. Son muy pocos. Intentamos que se den cuenta de la joya que tienen y el deber de conservarla. Cuando empezamos esto no era tan evidente, pero el tiempo nos ha dado la razón.
6. El aceite de oliva está muy ligado a la cultura mediterránea.
¿Qué os inspira del estilo de vida mediterráneo y cómo lo reflejáis en El Poaig?
Al final somos de donde somos, pero a veces sin darnos cuenta lo olvidamos. Para Manuel y para mí EL POAIG es todavía la manera de reencontrarnos con eso que somos. Y ahí englobo la manera de comer, de pensar, de observar…

7. Cada botella cuenta una historia
¿Podéis contarnos alguna anécdota o detalle que os emocione especialmente sobre vuestro trabajo o sobre los olivos centenarios?
El día que presentamos la botella a las gentes que hasta ese momento desconfiaban un poco de que un proyecto así valía la pena y tras un largo silencio un hombre mayor se levantó y dijo: “nadie nos ha hablado así nunca, nadie ha venido a contarnos nuestra historia de esta manera y lo mejor, es nieto de uno de nosotros. Yo confío. Quiero verlo” y los demás se unieron a “la causa” (Mi abuela había fallecido hacía muchos años y malvendió sus olivos)
Hay que tener en cuenta que en ese momento se estaban talando olivos milenarios todas las noches y llevándolos al sur de Francia a decorar rotondas y Chateaux de bodegas en Burdeos; el camino de la conservación del paisaje, de la tradición milenaria y de uno de los mejores aceites de oliva del mundo no fue fácil. Finalmente se aprobó la ley de protección de árboles monumentales de la Comunitat Valenciana y los olivos milenarios fueron salvados.

8. Vuestros productos se venden en distintos países y se reconocen por su carácter único
¿Cómo se recibe fuera de España esta manera tan artística y consciente de entender el aceite de oliva?
Maravillosamente. Fuera es muy apreciado. A la gente le gusta que le contemos la historia. Se dejan enamorar por EL POAIG, entienden la filosofía que hay detrás y quieren poseer un trozo de Maestrat en su mesa.
9. Más allá del producto, ¿qué mensaje queréis transmitir con El Poaig?
¿Qué os gustaría que las personas sintieran al probar vuestro aceite o tener una de vuestras botellas en casa? Una historia que contar. Una historia de amor y un producto que te cuida por dentro y por fuera.
10. Para terminar, 3 preguntas rápidas (responder en una frase):
¿Una canción?
“Mir ist so wunderbar” cuarteto de la ópera Fidelio de Beethoven. La belleza absoluta.
¿Tu aprendizaje más reciente?
Que es más importante mantener que ganar.
¿Qué significa para ti la palabra ecolifestyle?
“De toda la vida”. Está en nuestra genética, hay que dejar que nuestro instinto lo lleve a cabo.

Queremos dar las gracias de corazón a Joaquim y a todo el equipo de El Poaig por abrirnos la puerta a su universo y compartir con nosotros la belleza, la sensibilidad y el respeto con el que trabajan cada día.
Ha sido un verdadero privilegio conocer de cerca vuestra filosofía, vuestra relación con la tierra y la forma tan única en la que transformáis tradición en arte. Cada gota de aceite cuenta una historia de la tierra, del tiempo y de las manos que la cuidan.
Nos ha encantado esta conversación llena de historia, pasión y autenticidad. Gracias por inspirarnos y por recordarnos que, cuando se cuida el origen, el resultado se convierte en algo extraordinario.

