Desde hace años las personas han ido emigrando del campo a la ciudad por diversos
motivos, sobre todo porque hay más oportunidades de trabajo y porque las ciudades
disponen de más servicios que son más accesibles para todo el mundo. Este hecho,
acompañado del aumento de la población mundial, provocará que para el 2050 la
población mundial se sitúe en torno a 10.000 millones de personas, de las cuales el
80% vivirá en las ciudades (Alloza, I. 2020).
Si además de todo esto, tenemos en cuenta que el 70% de los gases de efecto
invernadero son emitidos por las ciudades (Rueda, S. 2018), podemos ver fácilmente
que, si no realizamos un cambio importante en el modelo de ciudad, la contaminación
aumentará exponencialmente en los próximos años, suponiendo graves problemas
ambientales y para la salud de todos sus habitantes. Según la OMS – Organización
Mundial de la Salud – la contaminación atmosférica urbana aumenta el riesgo de
padecer enfermedades respiratorias agudas, como la neumonía, y crónicas, como el
cáncer de pulmón y las enfermedades cardiovasculares.
De aquí surge la idea de urbanismo sostenible, urbanismo ecológico o ecourbanismo.
La ciudad es el ecosistema más complejo creado por la especie humana, debemos
planificarlo y organizarlo con criterios ecológicos y de sostenibilidad para lograr cierta autosuficiencia de recursos, pero sobre todo para lograr la reducción de
contaminación y que así las ciudades tengan una calidad ambiental que permita a sus
habitantes tener una buena calidad de vida.
Principales características del urbanismo sostenible
Sostenibilidad medioambiental: las ciudades deben provocar el mínimo
impacto posible en el medio, consumiendo la menor cantidad de recursos
posibles y reduciendo la emisión de residuos y contaminación.
Sostenibilidad económica: los proyectos deben de ser viables y, en la medida
de lo posible, autosuficientes.
Sostenibilidad social: los proyectos deben de cubrir las necesidades de las
personas y procurar la mejora en la calidad de vida de la población, además de
incluir la participación ciudadana.
Hay muchas propuestas alrededor del mundo sobre la creación de ciudades
inteligentes y sostenibles, especialmente en países asiáticos que se encuentran en
pleno desarrollo. Estas propuestas son muy interesantes ya que crean desde cero una
ciudad que pretende ser autosuficiente y sostenible. Encontramos un ejemplo en Arabia Saudí, donde pretenden crear en Neom una Smart City llamada The Line, una ciudad de un millón de habitantes y 170 km de longitud, libre de automóviles y carreteras, con muchos espacios naturales e impulsada por energía 100% limpia.
La realidad europea es muy distinta ya que las ciudades han ido creciendo y
evolucionando, muchas veces de forma desordenada y desorganizada, creando situaciones de injusticia, gentrificación, espacios públicos sin sentido, ciudades bloque que son todo cemento, etc. En estos casos hay que reconstruir y replanificar las
ciudades, estudiando detalladamente los procesos de remodelación que permitan
aumentar la sostenibilidad y la calidad de vida de éstas.
Proyectos como la rehabilitación de edificios de vivienda antiguos para aumentar su eficiencia energética son fundamentales para conseguir estos propósitos. Mejora del transporte público, aumento de los carriles bici, fomento de los tejados y fachadas verdes, son otros ejemplos de propuestas del urbanismo ecológico que, con una buena aplicación, pueden lograr muchos cambios en la ciudad y en la mente de sus habitantes.
Esta tendencia al urbanismo sostenible es muy necesaria en las principales ciudades
del mundo, ya que de ello dependen, no solo el medio ambiente, sino también la
salud de las personas que las habitan. El primer paso es que haya voluntad de realizar
cambios importantes en las ciudades, tanto de los ciudadanos como de los dirigentes.
También es fundamental la participación ciudadana y privada, es decir, de las
empresas y compañías privadas, ya que éstas tienen una gran influencia en todo lo que
pasa en las ciudades.
Conseguir ciudades más verdes y menos transitadas, que consuman menos recursos y
produzcan menos residuos y contaminación, es muy difícil especialmente cuando éstas
no paran de crecer. Pero precisamente ahora tenemos la oportunidad de influir en
este crecimiento y llevarlo, de forma responsable y realista, a unas ciudades más
sostenibles.
Si te ha gustado este post, te invitamos a seguir descubriendo más sobre ecolifestyle con este otro artículo sobre cómo las personas podemos ser más ecológicas.